domingo, 2 de febrero de 2014

Tercera Vía La muerte pide permiso Ernesto Rivera Rodríguez

Ernesto Rivera Rodriguez
Loco se  volvió Hamlet de tanto lavarse las manos. La sangre que manchaba sus manos por más que se las lavará no se borraba. Maldición,  una tras otra, y tal parece que la historia de esa obra de teatro chekespeiana, se repite, y  a  casi quinientos años de ser escrita se repite.  La sangre sigue fresca, cada día, aparece en un lugar y al otro día también, y como en el cuento de don Fernando Benítez, del cual con respeto tomamos el encabezado de esta entrega, “La muerte pide permiso”, se repite sin misericordia en nuestra sociedad. Y no hay quien la detenga.

La muerte no es el tema, sino el por qué, se ha hincado inmisericordemente entre nosotros. No hay protocolo que valga, ni como pretende el Comisionado Nacional de Seguridad, Manuel  Mondragón  y Kalb, con sus supuestas “drásticas medidas”. Qué es eso de drásticas medidas, más federales en las calles, más soldados, más marinos, más equipo, más hombres, más declaraciones, más compromisos, étc. étc.

Cuántas veces no hemos escuchado esto, cuántas veces no se han llenado las primeras planas, los principales noticieros electrónicos, a los que son tan allegados los políticos de todos los niveles, con sus declaraciones, con su demagógico discurso, con su retórica de a peso,  con su verborrea barata, con sus amenazas de “nunca más”.

Guerrero se encuentra en  una encrucijada de violencia que sólo los políticos no quieren ver, y que tal avestruz, todo quieren solucionar con declaraciones, y como Hamlet, lavándose las manos, sin lograr limpiarse la sangre de ellas, y no sólo la sangre, sino el hedor de la marginación, los piojos de la pobreza, el abandono de los pueblos y ciudades copados por la delincuencia organizada, con o sin uniforme, del analfabetismo ilustrado por la televisión, la desnutrición engordada con la comida chatarra, las leyes hechas al vapor por legisladores que legislan al vapor , sin siquiera leer lo que les mandan para votar. Una legislación a modo y otra también.

Como en “La muerte pide permiso”, semejante a ellos los campesinos de San Juan de  las Manzanas, que comunican al  “ingeniero” que ellos ya se han hecho justicia, las autodefensas, y similares que hoy invaden el territorio guerrerense, un día tras otro, empujan al gobierno a determinar sus acciones, y si no pueden ellos que renuncien porque la sociedad ya está harta de su corrupción, de su no hacer nada, de no querer hacer valer las leyes, de no aplicarlas  y cuando las aplican, las aplican selectivamente y ahí está el caso de Nestora Salgado, o que alguien no refute este argumento.


Las drásticas medidas de Mondragón y Kalb, se parecen a la letra la canción inglesa “nunca más, dijo el cuervo”…. Never more…never more y así hasta el infinito. Sin educación, sin empleo, sin justicia, esas medidas drásticas están lejos de funcionar. Email:gernestorivera@gmail.com

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