martes, 24 de octubre de 2017

CONTEXTO POLÍTICO Por Efraín Flores Iglesias ¿Frente Ciudadano o club de cuates?


Hasta hace tres semanas, el Frente Ciudadano por México iba en caballo de hacienda rumbo a Los Pinos, pero la ambición desmedida de uno de sus integrantes –Ricardo Anaya Cortés, dirigente nacional del PAN– ocasionó un sisma al interior del blanquiazul y, por ende, al propio Frente.

La ex primera Dama de México, Margarita Zavala, se fue del PAN luego de 33 años de militancia y se registró ante el Instituto Nacional Electoral (INE) como aspirante independiente a la Presidencia de la República.

Los anayistas minimizaron la salida y aseguraron que “no afecta al PAN” rumbo a la elección de 2018; sin embargo, en el PRD y en MC se prendieron los focos rojos. Ya no confían en Ricardo Anaya ni en la fortaleza del PAN, ya que Margarita sigue fuerte en las encuestas… y sin partido que la respalde.

Lo único que generó doña Margarita fue mandar al Frente Ciudadano por México al tercer lugar de las encuestas.

De acuerdo con la más reciente encuesta nacional de El Financiero, Zavala obtiene el 16 por ciento de la intención de voto, 7 puntos por arriba de lo que obtuvo en julio pasado.

El dueño absoluto de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador, sigue como el favorito para ganar la elección presidencial, y el PRI salió del hoyo.

El club de cuates –así le llaman ahora la alianza entre Alejandra Barrales, Dante Delgado y Ricardo Anaya– no puede superar el efecto Margarita y sigue haciéndose bolas para definir a su abanderado presidencial. Por un lado, Anaya se aferra a la candidatura, y por el otro, el PRD y MC maniobran para imponer a un miembro de la sociedad civil para resolver el problema.

Mientras el club de cuates no se pone de acuerdo en quién será su candidato en 2018, Margarita, AMLO y el PAN caminan sin ningún problema.

GUERRERO, OTRO CASO.- Si arriba se hacen bolas, en las entidades federativas, no se diga.

En Guerrero, el PRD quiere las dos fórmulas para el Senado de la República, la mayoría de los distritos (locales y federales) y las principales presidencias municipales (Acapulco, Chilpancingo, Zihuatanejo, Ometepec, Pungarabato y Tlapa de Comonfort).

El PAN no pide mucho, pues su presencia en la entidad es escasa. Lo único que quiere es conservar los 6 municipios que gobierna actualmente.

No hay que olvidar que Jorge Camacho Peñaloza, su ex candidato a la gubernatura en la pasada elección, es cercano colaborador de Margarita Zavala y se fue también de ese instituto político.

Luis Walton Aburto, dirigente de Movimiento Ciudadano, como buen mercader pretende aprovechar el escenario para amarrar importantes candidaturas.
El pasado 9 de octubre selló una alianza de “cuates” en Acapulco con Celestino Cesáreo Guzmán, del PRD, y el gris dirigente del PAN, Marco Antonio Maganda Villalva.

Hasta donde se sabe, Walton quiere ser senador de la República, mantener los municipios en donde gobierna su franquicia (partido) y negociar la candidatura de Ricardo Mejía Berdeja, quien aspira a la Alcaldía de Acapulco.

Walton sabe perfectamente que si el PRD, el PAN y MC suman esfuerzos en Acapulco, ganan sin tanto problema. Él es un claro ejemplo de eso.

En 2012 llegó a la Alcaldía porteña gracias a una gran coalición con el PRD y el PT, porque solo no ganaría ni en su casilla.

El objetivo de Walton es muy claro: ver fuera del palacio municipal de Acapulco al perredista Evodio Velázquez Aguirre, quien en este momento enfrenta fuertes señalamientos de corrupción en su gobierno y de rodearse de pésimos colaboradores.

El PRD, por supuesto, hará hasta lo imposible por no ceder Acapulco y las dos fórmulas del Senado. De hecho, tiene dos aspirantes naturales: Beatriz Mojica Morga y Sebastián de la Rosa Peláez.

Bety Mojica y Sebastián de la Rosa, muy difícilmente renunciarán a sus aspiraciones para declinar a favor de Walton o un panista.

Por eso digo que al club de cuates le costará trabajo resolver el tema de las candidaturas. El pastel no alcanzará para todos; es más, el club o Frente puede abortar en Guerrero.

Y no olvidemos que algunos perredistas se irán a Morena o cruzarán el voto. Ojo, mucho ojo.

ENTRE OTRAS COSAS… El ex alcalde de Chilpancingo y actual delegado del ISSSTE en la entidad, Mario Moreno Arcos, señaló este martes que la caída de Marco Antonio Leyva Mena de la Alcaldía capitalina fue por “falta de operación política y decisión” para resolver la crisis de la basura”. ¡Zas!
No cabe duda que don Mario “descubrió” el hilo negro.

Por supuesto, Leyva Mena se fue del Ayuntamiento capitalino por su falta de coordinación con el gobierno del estado y los alcaldes perredistas de Tixtla y Eduardo Neri (Zumpango) para enfrentar el problema de la basura.


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