Desbordados
ante la cercanía del proceso electoral, y emocionados ante la posibilidad de
atrapar cargos de elección popular, muchos de los aspirantes -de todos colores
y filiaciones- viven sobreexcitados el presente pero olvidan su truculento y
negro pasado que los puede llevar al fracaso antes de la fiesta.
Hace
más de dos años el PRI abanderó como su candidato a la alcaldía de Acapulco al
prestigiado médico Marco Antonio Terán Porcayo; las encuestas lo ubicaban como
ganador por encima del PRD y el resto.
Sin
embargo, de última hora fue postulado como candidato del PVEM a la alcaldía del puerto el empresario Joaquín
Badillo Escamilla. La estrategia del PRI falló: El PVEM no logró arrebatarle
votos suficientes al PRD para hacerlo
perder.
Hoy,
de nueva cuenta se presenta ante el escenario pre electoral el mismo ambicioso
empresario con su alias “Yacko Badillo” quien pretende convertirse en candidato
del Frente Ciudadano por México (FCM) que integran los partidos PAN-PRD-MC.
Badillo, la quiere peladita y en la boca.
En
Acapulco el PRI carece de figuras con peso completo para volver al palacio
municipal; los que se mencionan, Julieta Fernández, Fermín Alvarado y Ricardo
Taja hacen su esfuerzo por catapultarse
pero aún no logran superar escenarios adversos. Hay guerra intestina en el PRI.
Los acecha Rubén Figueroa Smutny.
Los
verdaderos problemas que tienen los priistas en Acapulco se llaman: Manuel
Añorve y Rubén Figueroa Alcocer.
El
primero está empecinado en que su esposa la diputada federal Julieta Fernández
sea la candidata a la alcaldía del puerto, postulada por el PRI.
Añorve
también quiere que el PRI lo postule como candidato a senador. ¿Puede obtener
las dos cosas?
El
segundo, hace todo porque su vástago Rubén Figueroa Smunthy sea abanderado del tricolor
a la presidencia; pero éste apoyó al ex candidato del PRD Evodio Velázquez
quien arribó a la alcaldía.
Decepcionado,
el médico Terán Porcayo casi se encuentra en el retiro político; lo último que
se sabe es que Marco Antonio fue visitado por “pepenadores” del partido Morena,
que lo quieren como candidato a la alcaldía de Acapulco. ¿Aceptará la
invitación de AMLO?
En
medio del debate que ha generado el Frente Democrático por México (FDM)
integrado por el PAN, PRD y MC, el líder municipal del PRI de Acapulco Fermín
Alvarado Arroyo, lo calificó como “licuado tóxico”.
El
PRI también sabe hacer cocteles (amargos) que no son precisamente con fruta y
miel, le respondieron al dirigente Alvarado Arroyo, quien tiene aspiraciones
por ser candidato a la alcaldía del puerto.
Y
como el oportunismo también desborda a ambiciosos y voraces por cargos de
elección, piensan que la ciudadanía padece de amnesia.
Es
el caso de la ex alcaldesa perredista de Huamuxtitlàn Soledad Romero Espinal,
quien se registrará como candidata independiente a senadora.
Soledad,
es esposa del ex líder ultra radical de la mafiosa CNTE-Ceteg, Víctor Echeverría,
quien tiene una carpeta penal por delitos perpetrados en el estado de Puebla.
Soledad
y Víctor, son partidarios de Armando Ríos Piter, candidato independiente a la
presidencia de la República. Chapulines y amnésicos se conjugan en la fiesta
preelectoral rumbo al 2018.
CHILPANCINGO:
BACHES, BASURA, CORRUPCIÒN.
Existe
una brigada tapa-baches que trabaja en Chilpancingo, pero –ojo- por consigna
del gobierno estatal; NO del municipal que encabeza el peor alcalde que haya
tenido la capital del estado: Marco Antonio Leyva (MAL).
Efectivamente,
la capital del estado sus arterias, siguen “luciendo” miles de baches por todos
lados; lo mismo en el centro que en barrios, colonias y la periferia. Enormes cráteres
dañan vehículos. Esto y nada la importa al negligente y corrupto alcalde
priista.
El
grave problema de la basura que tiene Chilpancingo ya hundieron en el total descrédito
al inepto munícipe de Chilpancingo MAL, quien anda nervioso y preocupado porque
no podrá ganar ni una comisaría en el próximo proceso electoral que se avecina.
El
daño ya está hecho a la ciudadanía de la capital, y el responsable es el
alcalde Marco Antonio Leyva (MAL), quien padece de enfermedad crónica que se
llaman soberbia y arrogancia.
El
único que ha podido salvar de la debacle al alcalde MAL, es el gobernador Héctor
Astudillo, quien ha ido al rescate de Chilpancingo, limpiando la ciudad y
buscando dónde depositar la basura.
Pero
todo tiene un límite: Astudillo ya está fastidiado de resolverle todos los
problemas al edil MAL. ¿Hasta cuándo?... Punto.
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