La única cosa constante en el mundo es el hecho de
que todo cambia, de que las circunstancias mutan de un instante al otro. En la
década de los sesenta una corriente periodística vendría a trastocar las formas
en las que, hasta entonces, los hombres de prensa transmitían el acontecer diario
a sus lectores, llegaría a ser bautizado como Nuevo Periodismo y se basa en la
aplicación de recursos y técnicas de la literatura de ficción y otras
corrientes consideradas hasta entonces incorrectas por los periodistas que
seguían al pie de la letra los manuales de periodismo con la meticulosidad que
un compositor emplearía en la partitura de un soneto. La corriente aportó a los
géneros periodísticos una dimensión estética que hasta entonces solo se
limitaba a la pulcra corrección ortográfica. Reportajes redactados como si
fueran relatos, diálogos de gran realismo, descripciones muy detalladas,
caracterizaciones y un lenguaje urbano. Nombres como Tom Wolfe, Norman Mailer,
Hunter S. Thompson entraron por la puerta grande de la escena editorial asumiendo
mayor protagonismo que en el periodismo convencional, ya que aportaron en sus
obras, su visión personal de los
acontecimientos, aunque de la forma más objetiva posible.
La
mayoría de los expertos en el tema opinan que el Nuevo Periodismo vio la luz
cuando en 1966 Truman Capote publicaba A Sangre Fría obra en la cual el oriundo
de Nueva Orleans narra el brutal asesinato de los cuatro miembros de una
familia de Kansas. Capote definió al libro como perteneciente a un nuevo
género, que en idioma inglés denominó "Nonfiction Novel" o
"Novela testimonio". No obstante hay quienes objetan el merito de
Capote en cuanto a ser el decano de un genero hibrido dejando ese logro al periodista
argentino Rodolfo Walsh quien nueve años antes publicaría su novela Operación
Masacre en la cual narraba los fatídicos destinos de un grupo de personas de
participar en un contra-golpe militar de inspiración política de izquierda
contra la dictadura de extrema derecha de la llamada Revolución Libertadora
argentina. Se como fuere, si fue un escritor estadounidense narrando un brutal
crimen civil o un argentino narrando un brutal crimen de estado, lo cierto es
que resulto una visión refrescante para un ámbito que debía abandonar sus
anquilosadas formas en beneficio de una mejor transmisión del mensaje. Para el
Nuevo Periodismo la noticia no es algo frio que se sustente en testimonios y
cifras, es parte de la realidad humana y su naturaleza.
Hoy
en dia cuando la revolución de los medios electrónicos obliga una vez mas a los
periódicos a abandonar sus viejos medios de producción y sumirse en un flujo
constante e interminable de hechos y acontecimientos, es necesario voltear
hacia atrás y ver como el oficio periodístico es mucho mas rico y plural de lo
que las vacas sagradas nos tienen acostumbrados. Todo cambia, y aquellos que se
resisten a cambiar están condenados a desaparecer.
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