Aquellos que cederían la libertad esencial para
adquirir una pequeña seguridad temporal, no merecen ni libertad ni seguridad.
Benjamin Franklin
Durante la
Guerra Fria, los países beligerantes lucharon por hacerse con la victoria y la
supremacía global, fue la era en que las agencias de inteligencia llevaron el
protagonismo, perpetrando hechos de indescriptible infamia para desestabilizar
a sus rivales y fortalecer la posición propia. Luego, a finales de los ochenta,
la cortina comunista aceptaba que le era imposible mantener su ilusión de dicha universal y se derrumbaba
estrepitosamente. El mundo respiraba a salvo suponiendo que el espectro de la
guerra se había disuelto en la bruma de la historia. Pero la paz es mas difícil
de alcanzar que la victoria y a partir de 2001, con los atentados terroristas
en Estados Unidos y su posterior “lucha contra el terrorismo” el mundo afronto
nuevamente la sombra de un posible conflicto global y la experimentación en
nuevos campos de batalla nunca solo imaginados en las obras de ciencia ficción.
En 2010 VirusBlokAda
una empresa de seguridad informática con sede en Bielorrusia, informó de la
existencia de un gusano informático llamado Stuxnet, que tenia la capacidad de
espiar y reprogramar sistemas industriales, en concreto sistemas SCADA de
control y monitoreo de procesos, pudiendo afectar a infraestructuras críticas
como centrales nucleares. Al poco tiempo los medios de información seguían con
detenimiento las características de tan peculiar “bicho electrónico” queriendo
desvelar los detalles de su origen. Kevin Hogan, ejecutivo de la compañía informatica Symantec,
advirtió que el 60% de los ordenadores contaminados por el gusano se encuentran
en Irán, sugiriendo que los ataques sólo pudieron producirse "con el apoyo
de una nación soberana", convirtiendo a Irán probablemente en el primer
objetivo de una guerra cibernética real.
La complejidad
de Stuxnet es muy poco habitual en un virus de computadora. A juzgar por lo que
se sabe de su funcionamiento y su diseño se requeriría del conocimiento de
procesos industriales para su creación. Stuxnet verifica la existencia en el
objetivo de cierto número de motores variadores fabricados por dos empresas
concretas, una iraní y otra finlandesa, estableciéndose rutinas distintas según
la cantidad de variadores de uno y otro fabricante.
En palabras de
los programadores informáticos que han visto el funcionamiento del gusano se
trata de "un prototipo funcional y aterrador de un arma cibernética que
conducirá a la creación de una nueva carrera armamentística mundial". Con
la creciente incertidumbre por la volátil situación en la península de Corea y
las pretensiones de Irán de convertirse en una potencia nuclear en Medio
Oriente la noticia de que el ciberespacio pronto será un campo de batalla real
y encarnizado no deja mas que un sentimiento de impotencia y de que la paz tan
largo tiempo anhelada no es mas que una quimera.
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