domingo, 31 de mayo de 2015

De vendedora ambulante de elotes a exitosa empresaria mexicana en Arizona Portal The Exodo

LUIS CARLOS RODRIGUEZ

Phoenix, Arizona.- Liliana Núñez derrotó a la SB1070, al sheriff Joe Arapaio y a todo el clima antiinmigrante que prevalece en este estado. El arma de la migrante mexicana oriunda de Delicias, Chihuahua son los típicos elotes mexicanos.
Lily, como la conocen en Phoenix,  es una de las muchas historias de éxito frente a la adversidad de las detenciones, redadas y separación de familias. Hace unos años llegó a Arizona y con un capital de 20 dólares compró elotes, queso, mayonesa y chile para ofrecerlos en una pequeña carreta de madera y metal.
Actualmente da empleo a más de 150 personas, la mayoría paisanos y latinos y fundó su empresa denominada “La Carreta de Lily” que ya cuenta con 12 negocios de venta de elotes y otros productos mexicanos en centros comerciales, mercados, ferias y parques de Phoenix.
"Tengo 29 años con el mismo giro, inicié como comerciante ambulante de elotes mexicanos y descubrí que es buen negocio. Todo comen elotes, morenos, güeros, mexicanos, latinos, sajones", dijo la empresaria mexicana que al inició empezó como ambulante, sin permisos y siempre con el riesgo de ser detenida.
"Primero fuimos perseguidos, al principio inicié sin permisos, luego me informé sobre los requisitos para sacarlos, tramité las licencias, pero las autoridades nos perseguían porque empezaron a proliferar las bicicletas, se dio más competencia y nos perseguían parejo, tuvieras o no el permiso", recordó.
El cónsul de México en Phoenix,  Roberto Rodríguez Hernández comentó a The Exodo que en Arizona viven entre 350 mil y 400 mil mexicanos sin documentos. Originarios principalmente de Sonora, Sinaloa, Oaxaca, Michoacán y Guerrero, quienes trabajan en el área de servicios como jardineros, en hoteles, casinos, comercio y como mecánicos.
“Son una comunidad que ha tenido que enfrenar situaciones adversas, campañas mediáticas en materia de deportaciones y que sin embargo  tiene aportación económica, cultural, social y gastronómica a  Phoenix”, apuntó.
La Huasteca Mexican Foods, Las Milpas Super Market, La Canasta, El Mercadito, Mi Pueblito son sólo algunos de los supermercados donde los mexicanos y estadunidenses pueden encontrar todo tipo de tamales, tortillas, chiles, nopales, chicharrón, piñatas, mezcal, tequila, tacos, gusanos de maguey, especies, conchas, chilindrinas y cualquier variedad de pan, con mejor calidad y surtido que lo se encuentra en un Wall Mart o Soriana en México.
En Phoenix encontrar comida mexicana no es difícil. Lo difícil es encontrar paisanos, mexicanos que quieran hablar en español, ello por temor a que algún policía, bajo el principio de la llamada “duda razonable” les pida identificaciones para checar su estatus migratorio.
Doña Elvia, oriunda de Oaxaca, va tres veces a la semana al súper “Mi Pueblito” a buscar harina para tamales. Tiene viviendo en Arizona 10 años y ha enfrentado los embates de la SB1070, por lo que habla lo mínimo en español, menos con extraños. “He visto familias enteras que son detenidas cuando andan en el parque, en el Mall o comprando comida mexicana. Luego, luego las deportan”, comentó.
Las dos caras de la migración conviven en Arizona. Los exitosos que con una carreta de tamales amasaron un pequeño emporio de comida o quienes ocultando idioma y origen buscan conservar costumbres y gastronomía en este estado.

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