lunes, 26 de junio de 2017

CONTEXTO POLÍTICO Por Efraín Flores Iglesias El bravucón y quejoso compareciente


Arropado por legisladores del PRI y del PVEM, y duramente cuestionado por los representantes de Movimiento Ciudadano (MC), Morena y uno que otro del PRD, el fiscal Javier Ignacio Olea Peláez se presentó en la sede del Poder Legislativo para comparecer.

En un inicio se mostró nervioso y se tomó una Coca-Cola, tal vez para controlar su estado de ánimo o por simple gusto. Eso sí, no fumó sus Marlboro como de costumbre, ya que la sala José Francisco Ruiz Massieu es muy reducida.

Desde el pódium se quejó del “escaso” presupuesto que maneja este año y de los serios cuestionamientos que recibe constantemente en las redes sociales y por algunos legisladores incómodos.

Leyó un largo informe de “sus logros”, habló de su trayectoria como abogado postulante y presumió que él sí es guerrerense, en clara alusión al coordinador de la fracción parlamentaria de MC, Ricardo Mejía Berdeja, quien es originario del estado de Coahuila y su más férreo crítico en la LXI Legislatura local.

Y fue más allá. “He sido agredido por el diputado Berdeja y le digo aquí de frente, vine a servirle a Guerrero, no a servirme de Guerrero. Conozco las fortalezas y debilidades, debería de conocer mejor los temas”.

El aludido no se quedó con las ganas de responderle al fiscal. Al momento de tomar la palabra pidió más tiempo para hacer uso de su derecho de réplica por alusiones personales en el texto del informe que presentó Javier Olea…  y se le fue a la yugular.

“Tuve la ocasión de revisar el informe que presentó el fiscal, es un libelo de 43 cuartillas, en 17 me aludió, nueve de manera explícita; es evidente que no tiene nada que informar, por eso quiere levantar cortinas de humo y distractores”, señaló.

Le dijo que no lo iba a intimidar con sus bravatas y que estaba acostumbrado a enfrentar a corruptos y a funcionarios inescrupulosos. Y remató diciéndole que su abuelo y tatarabuelo eran originarios de Tecpan de Galeana y su familia tiene raíces también en Acapulco.

La atención se centró por un buen rato entre ambos personajes.

El coahuilense quería seguir cuestionando al titular de la Fiscalía General del Estado (FGE), pero dejó que Silvano Blanco Deaquino, su compañero de bancada, lo secundara; no sin antes advertirle al funcionario que promoverá un juicio político en su contra. ¡Zas!

Llamó también la atención la promesa que hizo el fiscal a los legisladores, que en un plazo de dos o tres semanas “se sabrá quienes fueron los responsables” del asesinato de quien fuera presidente de la Comisión de Gobierno del Congreso local, Armando Chavarría Barrera.

A ver si es cierto, porque las palabras luego se las lleva el viento. Para empezar no ha cumplido con su promesa de aprehender al exalcalde priista de Tlapa de Comonfort, Willy Reyes Ramos, señalado como autor intelectual del homicidio del ex diputado federal Moisés Villanueva de la Luz, mejor conocido como “Diputado 500”.

Tampoco ha sido capaz de detener al narcotraficante Raybel Jacobo de Almonte, “El Tequilero”, ni a otros peligrosos criminales que han generado terror en la entidad.

El fiscal tiene buenas intenciones y no se le cuestiona por su trayectoria como abogado. Se le cuestiona por boquiflojo y bravucón.

Otros legisladores que cuestionaron la ineficiencia del compareciente fueron los legisladores María de Jesús Cisneros Martínez (Morena), Maricarmen Cabrera Lagunas (PRD) y Silvano Blanco Deaquino (MC).

Los que de plano se pusieron de tapete ensalzando al fiscal, fueron los diputados priistas Pilar Vadillo Ruiz, Samuel Reséndiz Peñaloza, y Ricardo Moreno Arcos, así como los verde-ecologistas Mauricio Legarreta Martínez y Eduardo Ignacio Neil Cueva Ruíz.

Los diputados Iván Pachuca Domínguez (PAN), Ociel Hugar García Trujillo (PRD) y Cuauhtémoc Salgado Romero (PRI) fueron tibios para cuestionar.
Lo que Guerrero requiere urgentemente es paz y la aplicación de la ley en contra de los criminales y desfalcadores de las arcas públicas. No más impunidad, señor fiscal Olea.

“La paz se encuentra solamente en el corazón. Los guerrerenses debemos de dejar a un lado las fricciones, los ataques y los resentimientos de cualquier índole”, dijo el fiscal en una parte de su informe.

O sea, no habrá tranquilidad en Guerrero si los ciudadanos no la buscan en su interior. ¡Ya estuvo que nos amolamos!

ENTRE OTRAS COSAS… Los que de plano siguen de rogones, son los dirigentes del PRD, ya que tienen la esperanza de que Andrés Manuel López Obrador los contemple para una alianza electoral en 2018, cuando éste ya les dijo que no quiere nada con ellos, sino con su militancia. Eso se llama masoquismo y no tener dignidad.

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