Arropado por legisladores
del PRI y del PVEM, y duramente cuestionado por los representantes de
Movimiento Ciudadano (MC), Morena y uno que otro del PRD, el fiscal Javier Ignacio Olea Peláez se presentó
en la sede del Poder Legislativo para comparecer.
En un inicio se mostró
nervioso y se tomó una Coca-Cola, tal
vez para controlar su estado de ánimo o por simple gusto. Eso sí, no fumó sus Marlboro como de costumbre, ya que la
sala José Francisco Ruiz Massieu es muy reducida.
Desde el pódium se quejó
del “escaso” presupuesto que maneja este año y de los serios cuestionamientos
que recibe constantemente en las redes sociales y por algunos legisladores
incómodos.
Leyó un largo informe de
“sus logros”, habló de su trayectoria como abogado postulante y presumió que él
sí es guerrerense, en clara alusión al coordinador de la fracción parlamentaria
de MC, Ricardo Mejía Berdeja, quien
es originario del estado de Coahuila y su más férreo crítico en la LXI
Legislatura local.
Y fue más allá. “He sido
agredido por el diputado Berdeja y le digo aquí de frente, vine a servirle a
Guerrero, no a servirme de Guerrero. Conozco las fortalezas y debilidades,
debería de conocer mejor los temas”.
El aludido no se quedó con
las ganas de responderle al fiscal. Al momento de tomar la palabra pidió más
tiempo para hacer uso de su derecho de réplica por alusiones personales en el
texto del informe que presentó Javier Olea… y se le fue a la yugular.
“Tuve la ocasión de
revisar el informe que presentó el fiscal, es un libelo de 43 cuartillas, en 17
me aludió, nueve de manera explícita; es evidente que no tiene nada que
informar, por eso quiere levantar cortinas de humo y distractores”, señaló.
Le
dijo que no lo iba a intimidar con sus bravatas y que estaba acostumbrado a
enfrentar a corruptos y a funcionarios inescrupulosos.
Y remató diciéndole que su abuelo y tatarabuelo eran originarios de Tecpan de
Galeana y su familia tiene raíces también en Acapulco.
La atención se centró por
un buen rato entre ambos personajes.
El coahuilense quería
seguir cuestionando al titular de la Fiscalía General del Estado (FGE), pero
dejó que Silvano Blanco Deaquino, su
compañero de bancada, lo secundara; no sin antes advertirle al funcionario que
promoverá un juicio político en su contra. ¡Zas!
Llamó también la atención
la promesa que hizo el fiscal a los legisladores, que en un plazo de dos o tres
semanas “se sabrá quienes fueron los responsables” del asesinato de quien fuera
presidente de la Comisión de Gobierno del Congreso local, Armando Chavarría Barrera.
A ver si es cierto, porque
las palabras luego se las lleva el viento. Para empezar no ha cumplido con su
promesa de aprehender al exalcalde priista de Tlapa de Comonfort, Willy Reyes Ramos, señalado como autor
intelectual del homicidio del ex diputado federal Moisés Villanueva de la Luz, mejor conocido como “Diputado 500”.
Tampoco ha sido capaz de
detener al narcotraficante Raybel Jacobo
de Almonte, “El Tequilero”, ni a otros peligrosos criminales que han
generado terror en la entidad.
El
fiscal tiene buenas intenciones y no se le cuestiona por su trayectoria como
abogado. Se le cuestiona por boquiflojo y bravucón.
Otros legisladores que
cuestionaron la ineficiencia del compareciente fueron los legisladores María de Jesús Cisneros Martínez
(Morena), Maricarmen Cabrera Lagunas (PRD)
y Silvano Blanco Deaquino (MC).
Los que de plano se
pusieron de tapete ensalzando al fiscal, fueron los diputados priistas Pilar Vadillo Ruiz, Samuel Reséndiz Peñaloza, y Ricardo Moreno Arcos, así como los
verde-ecologistas Mauricio Legarreta
Martínez y Eduardo Ignacio Neil
Cueva Ruíz.
Los diputados Iván Pachuca
Domínguez (PAN), Ociel Hugar García Trujillo (PRD) y Cuauhtémoc Salgado Romero
(PRI) fueron tibios para cuestionar.
Lo
que Guerrero requiere urgentemente es paz y la aplicación de la ley en contra
de los criminales y desfalcadores de las arcas públicas. No más impunidad,
señor fiscal Olea.
“La paz se encuentra
solamente en el corazón. Los guerrerenses debemos de dejar a un lado las
fricciones, los ataques y los resentimientos de cualquier índole”, dijo el
fiscal en una parte de su informe.
O
sea, no habrá tranquilidad en Guerrero si los ciudadanos no la buscan en su
interior. ¡Ya estuvo que nos amolamos!
ENTRE
OTRAS COSAS… Los que de plano siguen de rogones, son
los dirigentes del PRD, ya que tienen la esperanza de que Andrés Manuel López Obrador los contemple para una alianza
electoral en 2018, cuando éste ya les dijo que no quiere nada con ellos, sino
con su militancia. Eso se llama masoquismo y no tener dignidad.
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E-mail: efrain_flores_iglesias@hotmail.com;
Facebook: Efraín Flores Iglesias;
Twitter: @efiglesias
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