Enjundioso y echado para
adelante, dirían sus cuates y simpatizantes, así se vio al senador Ernesto
Cordero Arroyo en su mensaje con motivo del primer informe de labores legislativas,
aunque en realidad fue una especie de discurso de arranque de campaña en pos de
la revancha por la Presidencia. Aunque sea la del PAN.
Lo que no se entiende es por
qué albiazules de pedigrí como Luisa María Cocoa Calderón Hinojosa evitan la declaración
firme, sin medias tintas, en pro de las aspiraciones de Cordero por presidir al
Partido Acción Nacional y echar de la sede a Gustavo Enrique Madero, a quien
igual se le da eso de evitar llamar a sus malquerientes albiazules por su
nombre; o luego anda ofreciendo disculpas porque no quiso decir lo que dijo.
No creo que panistas como el
senador Roberto Gil Zuarth o el ex gobernador de Guanajuato, Juan Manuel Oliva,
tengan condicionantes para manifestar su apoyo a Cordero. ¿Será que alguna vez
leyeron al profesor Enrique Olivares Santana y ahora les dé por el aseo
político? Imposible que estos modernos albiazules sean aseados en esto de la
carrera por el poder y/o su repartición.
Sólo hay que recordar cómo
se despedazaron honras y famas en la disputa por el control de la bancada en el
Senado. La defenestración de Cordero Arroyo y la asunción de Jorge Luis
Preciado fue el mejor ejemplo de cómo las tribus panistas buscan el poder.
Incluso, apenas la semana pasada, Gustavo Enrique Madero descalificó a integrantes
del grupo Panistas por México, organización a la que llamó entelequia y
membrete.
Empero, esos distinguidos
panistas que forman esa entelequia y membrete, tienen peso político, no son
cualquier pelagatos.
Por ello, Gustavo Enrique
Madero, ya sin el escenario del Palacio Legislativo de San Lázaro y la
presencia de un puñado de alcaldes panistas, varios de ellos electos, y ausente
Luis Alberto Villarreal, coordinador de los diputados federales del PAN,
ofreció disculpas a Ernesto Ruffo Appel, a quien por cierto Beto Villarreal le
envió una severa carta de extrañamiento, en la que le recordó que en 2012
también fue acusado de varias lindezas delictivas, incluso de vínculos con el
crimen organizado.
Al PAN le ocurre lo mismo
que al PRD y al PRI: siempre tenderán a guardar sus muertos bajo la alfombra y
negarán cualquier división; aunque todo el mundo sabe que la disputa por el
poder es el motivo por el que no llegan a éste o, de plano, lo pierden. Se
regatean apoyos, semblantean prospectos, pulsan tendencias.
¿Será por eso que la
senadora Luisa María Cocoa Calderón Hinojosa evitó decir abiertamente que apoya
a Ernesto Cordero?
--¿Quién
sería su gallo, senadora, para la contienda interna?—se le preguntó este
domingo a la hermana del ex presidente Felipe Calderón.
--¡Ah!,
bueno, vengo a acompañar a Cordero a su informe.
--¿Ya eso se puede leer como
que es Cordero?—insistió el reportero.
--¿Usted lee conmigo,
verdad?—ironizó la senadora.
--No, pregunto, nada más
pregunto—aclaró el reportero.
--La
voy a ver más seguido porque lee conmigo usted, ¿eh?—replicó enfadada.
En fin, la senadora evitó
definir su apoyo como escabulló respuestas puntuales en el tema de los
“Caballeros Templarios” que reconoció el 17 de octubre último en el Senado,
pero evitó denunciar el hecho.
Y mire usted, el de las famas
públicas que lo acompañan es el tema que pesará en la campaña que Ernesto
Cordero Arroyo arrancó este domingo último en la ciudad de México, en busca de
la revancha contra el PAN que le negó la candidatura a la Presidencia de la
República.
Cordero quiere presidir al
Partido Acción Nacional y su campaña la sustentará en su personal visión y la
media verdad, esa en la que considera al PAN como salvador de la Patria, o
acusar de opaco al gobierno de Enrique Peña Nieto
Y en esa marcha vuelve la
vista para descalificar a su principal contrincante, Gustavo Enrique Madero.
Veamos. Plantea que el PAN debe volver a estar con la gente, lo que implica que
Gustavo separó al partido de ésta; y que hay que regresarla la dignidad al partido,
es decir, con Gustavo el PAN se volvió indigno. Además, de su dicho se entiende
que Acción Nacional está en la lona.
Cordero quiere ser líder
nacional del PAN. Aunque su mensaje de arranque de campaña no es el más aseado,
políticamente. Conste.
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