Platicaba con el consejero
presidente de la Comisión Estatal Electoral de Nuevo León, Luis Daniel López
Ruiz, acerca de la casual cifra de 17 gobernadores que se han pronunciado en
contra de esta pretensión de desaparecer al Instituto Federal Electoral (IFE) y
centralizar el control electoral, como ocurría en aquellos tiempos del
todopoderoso PRI.
Casualmente, un gobernador
priista, Eruviel Ávila Villegas, del Estado de México, fue el primero en
pronunciarse contra ese despropósito de, en aras de una reforma político
electoral, crear al Instituto Nacional de Elecciones, dizque para evitar que
los gobernadores y otros etcéteras sigan metiendo la mano en los procesos
electorales del país.
Pero, vaya, es importante
referir que una reforma constitucional requiere justamente del voto de 16
congresos estatales más uno, es decir, 17, para prosperar. El Partido Acción
Nacional, impulsor de la reforma que pretende desaparecer al IFE y, por ende, a
los 32 consejos o institutos estatales electorales, debe medir esa postura
contra su pretensión de reforma electorera, que no es otra cosa.
Porque, ¿cuál es el objetivo
real en la propuesta de desaparecer al IFE?
De seguir a pie juntillas un
fundamento que tiene todas las características de una ocurrencia, entonces
todos los gobernadores, senadores, diputados federales y locales, incluidos los
demócratas de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y, por antonomasia
los del PAN incluidos, estarían en la condición de espurios, porque su asunción
al cargo de dizque elección popular, la deberían al acuerdo de los gobernadores
o del Presidente de la República y del jefe de Gobierno del Distrito Federal
que habrían inclinado la balanza a su favor en el proceso electoral de 2012.
Bajo esa consideración, la
idea planteada en el seno del Pacto por México, como parte de la ansiada
reforma política-electoral que impulsa el PAN como cruzada personal, de
centralizar el control electoral, iría contra el objetivo democratizador de,
justamente, descentralizar las decisiones en esa materia y que cada estado de
la Federación decida qué tipo de gobernadores, alcaldes, diputados e integrantes
de sus ayuntamientos quiere.
Pero, bueno, lo cierto es
que el PRI no comulga con esa idea albiazul y mucho menos luego del papelazo
que hicieron senadores y diputados federales panistas, encabezados por su aún
dirigente nacional Gustavo Enrique Madero, de sabotear a la Reforma Hacendaria
y la Ley de Ingresos, a contrario sensu de una discusión y argumentación como
dispone la civilidad política.
Por ello, a partir de lo
dicho este martes por Manlio Fabio Beltrones Rivera, coordinador de la
diputación federal del PRI, respecto del futuro de esa pretensión de
desaparecer al Instituto Federal Electoral, simple y sencillamente ello no
ocurrirá. Vaya, no habrá Instituto Nacional de Elecciones y, por ende, los
trabajadores, funcionarios y presidentes de los consejos o institutos estatales
electorales pueden respirar tranquilos.
Y es que, por lo menos, este
año ya cargaron a los peregrinos como integrantes de dichos consejos o
institutos electorales. Porque, si me equivoco dígamelo, en estos días en
materia política la de Manlio Fabio Beltrones Rivera es vox lex.
--Sobre este tema del INE y
de los institutos locales, parece que avanza la posibilidad de que no
desaparezcan estos institutos como estaban planteando los panistas en un
principio; hemos escuchado las voces como Eruviel Ávila, el propio Mancera diciendo
que sería perjudicial y un retroceso, ¿en qué vas estas negociaciones?, se le
preguntó a Manlio.
“De manera
concreta—respondió Manlio-- en Cámara de Diputados desde hace tiempo hay una
gran mayoría que no está de acuerdo con que centralicemos más funciones en un
país cuyo destino es federalizarse, compartir responsabilidades entre unos y
otros.
“Esta actitud centralizadora
–continuó--, que es de otros tiempos, no tiene mayor simpatía. Por eso, confío
que aquellos que están haciendo esa propuesta en el Pacto por México,
rectifiquen su posición, y que eviten que exista una confrontación alrededor de
si México tiene que ser más federalista o más centralista.
“Ese fue un debate del siglo
pasado, y que por cierto ganó el federalismo. Creo que las inquietudes que hay
alrededor de esta decisión centralizadora, se podrían atender por parte del
Congreso, dándole más facultades al Instituto Federal Electoral, --o como lo
quieran denominar-- pero que respete lo que es la organización en los estados;
de lo contrario creo que iríamos en sentido inverso a la historia.
“Por eso, saludamos
enormemente las declaraciones, que desde su lugar han hecho tanto el gobernador
del estado de México, como el Jefe de Gobierno del Distrito Federal”. ¿Alguna
duda?
Por cierto, en Zacatecas --cuyo
gobernador Miguel Alonso Reyes, respalda la postura contra la desaparición del
OFE--, entre hoy y pasado mañana se celebrará el XXIV Congreso Nacional de
Estudios Electorales Federalismo Electoral: Experiencias Locales. Y, ¿adivine
usted? Han sido convocados todos los presidentes de consejos e institutos
electorales del país. ¿Cuál será su pronunciamiento? ¡Vaya con el PAN demócrata!
Digo.
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