Cuando Gustavo Enrique
Madero, dirigente nacional del PAN, diputados y senadores del mismo albiazul azuzan
el capricho de desaparecer al IFE porque, acusan, los consejos o institutos estatales
electorales responden al mandato de los gobernadores, asumen singular autismo
político y olvidan que son gobierno en Puebla, Guanajuato, Baja California,
Baja California Sur, Sinaloa y Sonora.
Porque, en el simplismo de
la fórmula causa-efecto, por antonomasia sus gobernadores, diputados locales y
federales junto con sus senadores, incluidos alcaldes y regidores y todos los
etcéteras de la pirámide de cargos consecuencia del voto popular, son espurios,
producto de acuerdos que suplen a la democracia en las urnas.
Sin duda, convencidos de un
supuesto linaje demócrata, Luis Alberto Villarreal García, coordinador de los
diputados federales del PAN, y Madero Muñoz, de la mano de los prohombres del
panismo en el senado, éstos dizque demócratas como Javier Lozano Alarcón y
Ernesto Cordero, no quieren ver, entonces, las barbaridades que cometen sus gobernadores
convertidos en virreyes que en su corte tienen a los congresos estatales.
Dos ejemplos de cuño
reciente son los de Puebla y Sonora que han demostrado con creces la vocación
particular de señores virreyes que han logrado someter a los Poderes
Legislativo y Judicial de forma tal que sus iniciativas de ley son órdenes que
los diputados locales siguen a pie juntillas, incluso a riesgo de ser el
hazmerreir popular y acusados de haber sido maiceados desde las arcas
estatales.
Rafael Moreno Valle Rosas y
Guillermo Padrés Elías tienen, además de la vocación de dueños del reino por un
sexenio, la coincidencia de enfrentar problemas por el asunto del agua. El caso
de Padrés Elías raya en la demagogia desplegada a nivel nacional y, con el
famoso acueducto Independencia, ha enfrentado a sonorenses del norte con los
del sur. Los yaquis demandan detener extracción de agua de la presa El Novillo,
que surte a los hermosillenses. Pero Padrés no cede. Es el virrey de Sonora y
punto.
¿Y qué dice el Congreso
estatal? Guarda disciplina, se somete a los dictados del virrey Padrés, como
ocurre con los diputados locales de la LVIII Legislatura del estado de Puebla,
que desde 2011 se han convertido en Oficialía de Partes del Gobierno del estado
libre y soberano de Puebla, como oficialmente se conoce al virreinato de Rafael
Moreno Valle Rosas, cuyo poder de convencimiento se desplegaba a extra muros de
su territorio, en una cuenta de cien mil pesos mensuales para los diputados
federales poblanos en la pasada LXI Legislatura Federal.
Vaya usted a saber si en la
actual LXII Legislatura en la Cámara baja los diputados poblanos que despachan
en el Palacio Legislativo de San Lázaro mantienen esa cuota de apoyo de su
gober, dizque para las tareas propias de su encomienda.
Tal vez no todos. Porque,
mire usted, precisamente este jueves la joven diputada federal plurinominal perredista,
por Puebla, Roxana Luna Porquillo, originaria de San Pedro Cholula, acusó al
gobernador Moreno Valle Rosas de privatizar al suministro de agua potable en el
estado de Puebla.
Tal vez usted considere un
exceso decir que mediante una iniciativa de ley --que el pleno de los diputados
locales poblanos aprobó sin mayores discrepancias o resistencias y mucho menos
rechazo patriotero--, “se entubó el agua procedente del Iztaccíhuatl y
Popocatépetl para venderla como propia”.
Pero es cierto. Tomo la referencia de una
nota informativa de mi colega poblana Alejandra Corona Flores: “Más de 3 mil personas, tanto de organizaciones, como de universidades y
Partidos políticos, promovieron un amparo en contra de la privatización del
agua, informó el abogado Abelardo Cuéllar.
“Y es que el 5 de
septiembre, el Gobernador Rafael Moreno Valle propuso la iniciativa de reforma
a la Ley del Agua del Estado de Puebla –privatizar el agua- y posteriormente
fue aprobada por la mayoría de los diputados locales”.
¡Ah!, pero resulta
que estos legisladores de la corte del virrey Moreno Valle Rosas tuvieron un
asomo de pudor político y el miércoles último en la sesión pública ordinaria aprobaron
¡por unanimidad!, derogar el artículo 118 Bis de la Ley del Agua del estado de
Puebla, con el fin de que sea el Congreso del Estado el que determine la
estructura tarifaria en el cobro del consumo de agua.
Pero la
privatización en el suministro del agua está vigente porque así lo decidieron
los diputados de la corte del virrey Moreno Valle Rosas. Por eso, la diputada
federal perredista Roxana Luna Porquillo, con el apoyo de su bancada en el
Palacio Legislativo de San Lázaro, ha pedido que la Cámara de Diputados exhorte
al legislativo poblano, es decir, a los 41 legisladores locales, que deroguen
las fracciones cuarta y novena del artículo 31 de la Ley del Agua, que plantea
la concesión de venta del líquido a cualquier empresa.
¿Usted cree que
estos diputados locales acepten la recomendación? ¿Pesará más su cerviz ante el
virrey? Digo.
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