jueves, 24 de octubre de 2013

El Imperio Apanicado Espionaje Por Rodrigo Huerta Pegueros*

Rodrigo Huerta Pegueros
Nadie en este mundo globalizado está exento de ser sujeto de espionaje, cuantimás los gobiernos y gobernantes que tienen mucha información importante que aportarles a los delincuentes o instituciones públicas que realizan estas prácticas ilícitas.

Durante la guerra fría, el espionaje fue una pieza fundamental entre las potencias—Estados Unidos y la Unión Soviética-- para conocer no solo sus programas de defensa bélica o de innovación tecnológica o los experimentos que realizaban para lograr la conquista del espacio exterior, si no también conocer los movimientos del futuro inmediato para la expansión territorial y el impacto ideológico-político para convertirse en en líderes mundiales.

Como todos los sabemos, después de que concluyó la guerra fría y que los Estados Unidos se alzaran con la victoria y convertirse en el imperio invencible, el espionaje continuó ejerciéndose pero en forma diferente, pues entró en funcionamiento la tecnología avanzada apoyada por la internet y el uso de los satélites para enviar y recibir información privilegiada.

Terminaba la era de James Bond.
No existió y no existe hasta ahora una legislación a nivel internacional que pueda frenar esta práctica ilegal pero común y solo se combate cuando se filtran informaciones al respecto por parte de personas que han tenido o tienen posibilidades de acceso a esas fuentes de información de alto privilegio como podrían ser, en los últimos tiempos, los descubrimientos y denuncias entregadas a los medios de comunicación como es el caso de WikiLeaks o los mas recientes entregados por Edward Snowden, un consultor tecnológico estadounidense que abrió de par en par la cloaca existente en el gobierno de los Estados Unidos y que ha colocado en una posición más que incómoda al presidente Barack Obama.
Los mensajes revelados por Wikileaks fueron en sí información privilegiada de lo que ocurría en el departamento de Estado y la diplomacia internacional en donde más de un embajador y un presidente de la República salieron mal parados y particularmente los funcionarios del primer nivel de Estados Unidos de dicha dependencia tuvieron que ser removidos de sus cargos y otros expulsados por sus expresiones y actuaciones contrarias al derechos internacional y a sus funciones específicas en las naciones donde despachaban.
Lo peor estaba por venir.

Un consultor de inteligencia de los Estados Unidos afectado por el descubrimiento hecho, reveló las prácticas indebidas del imperio y puso en el banqudillo de los acusados a las agencias de inteligencia que espiaban al igual que a enemigos como amigos o aliados.
Los últimos días hemos sido testigos de que los Estados Unidos nuevamente vuelve a recordarle al mundo que ellos no tienen amigos sino intereses y por lo tanto actúan tal cual sin importar afectar a propios o extraños o sea amigos o enemigos.

No solo espían a gente involucrada en actos ilegales o terroristas o que podrían atentar contra los intereses norteamericanos sino que también espían a los aliados como los gobernantes de México o Brasil o como los aliados europeos como Francia o Alemania, para citar solo a los mas importantes de estas dos áreas.

La excusoa de los norteamericanos es que las agencias de seguridad e inteligencia realizan espionaje a discreción sin importar a quien llegan a afectar.

Los mexicanos, los brasileños, los franceses y los alemanes—gobernantes—no comparten la idea y han solicitado investigar a fondo estas prácticas nocivas y frenarlas antes de que otra cosa pase y se afecten las relaciones bilaterales de cada nación involucrada.
Al igual que Fox, los norteamericanos son tan cínicos que solo han declarado que esta práctica es histórica y que quien nada debe nada debe temer.

El caso es que están realizando una acción injustificada e ilegal y ese es el caso.
Fox nuevamente vuelve a declararse pro norteamericano y nada le importa lo que hagan los del norte y todo lo justifica. Algo le sabrán y por eso esta docilidad. No así el caso del ex presidente Felipe Calderón o del ahora presidente de la República, Enrique Peña Nieto.
De no frenarse la praxis del espionaje de parte de Estados Unidos podemos regresar a los tiempos de la guerra fría en donde todos deben de practicar el espionaje o encripatar aún más sus documentos de Estado y hablar a través de medios especialmente habilitados para ellos y asi protegerse de cualquier intención de intervenirlos o infiltrarlos como sucede hoy día.

Hoy el Big Brother está mas activo que nunca.
El terror que sufren a partir del 2001 no ha logrado ser superado.
Lástima por el imperio, tan poderoso y tan apanicados.

Periodista/Analista Político*

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