Vaya domingo que nos recetaron dos amos del escenario dizque opositor. Andrés Manuel López Obrador llama a la desobediciencia civil, dice estar dispuesto a “construir alianza con organizaciones sociales y partidos políticos” para frenar las reformas energética y hacendaria, pero se niega a hacerla con el PRD, e insiste en someter al presidente Enrique Peña Nieto a instruir una consulta ciudadana que es ámbito del Poder Legislativo.
Y el presidente nacional del PAN, Gustavo Enrique Madero Muñoz, se pone a la cabeza de una campaña contra un impuesto que, prácticamente al día siguiente de haber sido propuesto, entró en agonía y el propio secretario de Hacienda, Luis Videgaray, aceptó su impopularidad y la decisión de sacarlo de la reforma, es decir, el IVA a colegiaturas no va como seguramente no irá generalizado en 16 por ciento y dejará el porcentaje actual en la frontera, de once por ciento.
Cierto, no toda la ciudadanía sabe de los ajustes que se han hecho en esa propuesta de reforma hacendaria y puede caer en esa impresión de que Madero, el PAN, sus senadores y diputados, luchan férreamente contra el IVA.
Igualmente, el grueso de la población, incluso aquellos que asisten a los mítines de Andrés Manuel, desconoce pormenores de la reforma energética, porque los promocionales del gobierno federal, son parcos y efectistas frente a una escalada promovida por la sedicente izquierda partidista y legislativa que advierte privatización de Pemex, mas no alude a su responsabilidad en el debate y, más aún, bifurca la discusión y crea en el Senado su foro paralelo al convocado por el insufrible senador priista David Penchyna Grub.
El caso es que López Obrador y Madero Muñoz blofean impunemente y se alzan, cada cual en sus ámbitos de influencia, en salvadores de la Patria, de los desprotegidos, los marginados y la clase media. Unos que ya quisieran saber qué es eso de resistencia civil y de pronto no sabrán cómo hacerle para no pagar el suministro de luz, porque la CFE les corta el servicio de inmediato.
Como si no no estuviera enterado de que la inmensa mayoría de los habitantes de la Ciudad de México, incluídos muchos de sus seguidores están hasta la madre de plantones y marchas, López Obrador propone acciones de resistencia civil contra las reformas energética y hacendaria, como bociotear tiendas departamentales, no ver la tele, no pagar impuestos ni el recibo de luz y “cerco pacífico” a las Cámaras de Senadores y de Diputados.
Pide evitar violencia, enfrentamientos. Parece que no se ha enterado de cómo se las gastan los dizque anarcos que roban a transeúntes, saquean comercios, golpean a policías y salen libres porque en la ALDF la mayoría perredista así lo posibilitó mediante reformas al Código Penal del Distrito Federal.
¿Y el PAN? En una medida que Madero pondera como de “múltiples significaciones”, como es ver al partido unido, que igual presume la senadora Mariana Gómez del Campo, contra el IVA en la reforma hacendaria. ¿Unidos en el blofeo? Gustavo y Andrés Manuel, incluida la senadora Gómez del Campo, nos recetaron una clase de singular fanfarronería. ¡Vaya con estos salvadores de la Patria! Conste.
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