Frente a los daños sufridos
por la población de nuestra entidad federativa, al igual que otras veinticinco
en el país, no queda más que ser solidario con los damnificados y cooperar con
las instancias del gobierno. Las consecuencias del severo meteoro que acabamos
de padecer apenas se vislumbran, si acaso, apenas comienzan: racionamiento o
suspensión del servicio de suministro de agua potable, por ejemplo, entre otras
que no quisiera enumerar a riesgo de generar una innecesaria alarma.
Es importante que la autoridad
actúe para prevenir la proliferación de plagas y de enfermedades que pudieren
devenir en epidemia, así como parar el saqueo o “rapiña”, mantener el abasto de
alimentos y sancionar duramente a quienes alcen los precios en los mismos.
Los ciudadanos tenemos que
ser solidarios con nuestros vecinos, obedecer las instrucciones de la autoridad
y estar atentos a la información proveniente de ésta. No prestar atención a
rumores ni propagarlos.
Esta desgracia también va a
impactar (ya lo está haciendo) las finanzas nacionales; no solo el gasto
público programado para este año que ya ha quedado rebasado y -dadas las
condiciones de pueblos y ciudades de varios estados de la República- es
insuficiente, sino que será una “loza” muy pesada sobre el déficit público que
impactará en que el próximo año. Tal vez y solo con mucha esperanza nos “demos
de santos” si el crecimiento económico llega por lo menos a las previsiones.
La magnitud de los meteoros
han superado los recursos del Estado mexicano. Por ello, dos elementos de éste
(gobierno y población) los que debe tener la serenidad, la seriedad y la
eficacia para revertir los daños. En otras palabras, no es momento de
recriminaciones ni críticas ni protagonismos, sino de cooperación, solidaridad
y sinergia: los ciudadanos (a nivel personal, familiar, vecinal) y los
servidores públicos (en sus respectivos “tramos” de responsabilidad). Ya
después habrá tiempo y espacio para aquellas. Hoy es el tiempo y espacio para
ser parte de la solución, no de los problemas. Cada cual que cumpla con su
responsabilidad. Parafraseando a Fray Hernando de Talavera (1475): la ley ha
señalado a cada cual una responsabilidad, y debemos poner nuestro mejor empeño
en cumplirla; que nuestra conciencia nos permita, a cada uno, llevar a cabo la que
nos corresponde.
COMENTARIOS
Quienes tenemos una pluma y somos solidarios con del pueblo que sufre las tormentas y tormentos que padece Acapulco, debemos elevar nuestra protesta contra los insaciables pulpos políticos y financieros que en amasiato condenable causan dolor y llanto colectivo.
El distinguido maestro Margarito López Ramírez cuestiona con objetividad y precisión (abajo) el artículo conciliador del talentoso editorialista, David Sotelo Rosas, mediante preguntas que exigen soluciones si de verdad importa la población paupérrima, como indefensa víctima de la bulimia oficial.
También he leído la veracidad del problema que con profesionalismo y valor civil han escrito el Lic. Alfredo López Rosas y el columnista Raúl Pérez García, que de diferente ángulo pero idéntico fin, citan antecedentes del maridaje culpable de terratenientes y políticos, (actualmente en rica ubre) que son acreedores a un juicio penal.
Termino con la invitación de leer a mis colegas y en actitud consciente hacer el reenvío de todo artículo, que sea denuncia viril, para que no se repita el llanto popular.- YA BASTA DEL CONTUBERNIO ASESINO EN ACAPULCO.
Dr. Litt. Manuel S. Leyva Martínez.
Apreciable Dr. David Augusto Sotelo Rosas:
Interesante el contenido de su artículo. Coincido con usted en lo que concierne a solidarizarse con la población afectada y evitar males mayores. Pero algo debe de hacerse para no seguir construyendo en terrenos que no son aptos para centros poblacionales. Aunque vivimos en un país en el que "no pasa nada y se puede hacer lo que pegue en gana" siempre y cuando se actúe en contubernio con funcionarios y políticos sin escrúpulos que en aras de su enriquecimiento no sienten el menor de los remordimientos por el mal que causarán a la población que, como en este caso, puebla o poblará áreas de alto riesgo,... ¡Debe haber una reacción institucional ante este desenfreno de los acaparadores de tierras...!
Señor Dr., algo debe hacerse... Pregunto: ¿Quién autorizó poblar la zona de humedades cercanas al Río de la Sabana, La laguna negra y el aeropuerto...(hay testimonios escritos)? ¿Propone que se haga caso omiso de quien lo hizo con fines de enriquecimiento ilícito o ineptitud? Lo menciono porque usted afirma que "no es momento de recriminaciones ni crítica ni..."... ¿Se seguirá autorizando indebidamente...?.. ¡Una vez más, el "silencio institucional" cubrirá, arropará y protegerá a los pillos...?
Le reitero mi admiración y reconocimiento a su valía.
Margarito López Ramírez
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