Dr. Floriberto González González |
Hace
un par de años cayó en mis manos el libro arriba citado, y lo adquirí por
curiosidad, ya que no es tema que trabaje. Sin embargo, el título era sugerente
y al ojear el prólogo, me llamó la atención que prácticamente es una investigación
con datos, fechas y nombres, por lo que no eran ocurrencias ni futurismos del
autor. Lo leí en cuanto le tocó su turno y lo dejé pendiente para consulta. De
vez en vez nos mirábamos como si supiéramos que pronto volveríamos a
interaccionar. Y llegó la hora. Primero el Programa de la Cruzada contra el
Hambre, y unos días después, la catástrofe natural que azotó medio país y
principalmente al estado de Guerrero.
Van
pues algunos datos. Actualmente la población mundial es de alrededor de siete
mil millones de habitantes, y para el año 2050, será de aproximadamente diez
mil millones de habitantes. Simplemente no habrá agua para satisfacer las
necesidades de dicha población, y mucho menos alimentos, por tres razones de
realidad que no requieren ni siquiera explicación: ya no hay espacios qué
sembrar, el agua escasea, el clima ha dejado de ser estable, y la energía ha
dejado de ser barata. Estos cuatro aspectos han salvado de la hambruna a la
humanidad durante todos sus periodos de crisis alimentaria; pero llegaron a su
límite y ya no hay más, por lo que inició la cuenta regresiva. La pregunta que
el autor plantea es: ¿Hay solución antes de que se llegue al punto de no
retorno y se colapse el mundo?
Si
bien actualmente pareciera ser que se está produciendo alimentación en
cantidades nunca imaginables, para que pueda ser redituable se requiere
producir miles de toneladas y que puedan ser consumibles de inmediato, pero no
todos tienen la economía para tener acceso a ellos. Por eso dice mi compadre
Humberto que primero nos engordan y después nos quieren vender pastillas para
adelgazar, cuando la ecuación es simple: hay que comer menos y hacer ejercicio,
pero comer menos significa pérdida para el mercado de alimentos. Qué
paradójico, mientras millones están en engorda, otros millones se mueren de
hambre.
El
2050 está a la vuelta de la esquina, y yo creo también que ya inició la cuenta
regresiva. Que cada uno asuma las consecuencias de sus actos. Lo que acaba de
suceder es la primera llamada.
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