lunes, 9 de septiembre de 2013

MIRADA INTERIOR ¡Ay vienen los rurales¡ Envía Ángel Aguirre Rivero, iniciativa para crear el Cuerpo de Policía Rural Estatal


Isaias Alanis Trujillo
Por: Isaías Alanís

Estaba Arnulfo sentado
y en eso pasó un rural:
oiga amigo, qué me ve,
la vista es muy natural.

El rural muy enojado
en la cara le pegó,
con su pistola en la mano
con la muerte lo amagó.

Arnulfo se levantó
llamándole la atención:
oiga amigo, no se vaya,
falta mi contestación…

CORRIDO DE ARNULFO GONZÁLEZ, D.P.

En el México prehispánico existían leyes contra el crimen, el robo la prostitución y el uso de bebidas fuera de lo reglamentado por el calendario sagrado, muy severas. Actualmente en estados como Oaxaca, Chiapas y Guerrero esa norma sigue vigente en como unidades aisladas y en pueblos importantes. Durante la época colonial, el militarismo a la vieja usanza europea campeo en todo ese periodo, teniendo un ejemplo de lo que en términos modernos podríamos llamar como un cuerpo policiaco establecido en lo que fueron las guardias nocturnas, cuyo objetivo era la prevención del crimen. Sin embargo, esto sólo era posible en los centros urbanos como México-Tenochtitlan. Fernández de Lizardo e innumerables cronistas dan ejemplos espeluznantes del modus operandi de estas guardias nocturnas, casi nunca apegadas a la ley.

Durante el periodo de la reforma, ante la inestabilidad, ingobernabilidad en los territorios del México de entonces, la inseguridad no era tanto como lo es ahora, pero ese pretexto le sirvió a Benito Juárez para crear en 1861 el Cuerpo de Policía Rural, como una institución dependiente de la entonces Secretaría de Gobernación. Como lo narran corridos, crónicas, estos cuerpos que a veces actuaban como paramilitares y otras como guardianes del orden, durante la intervención francesa fueron incorporados al ejército para combatir a los franceses apestosos a queso gruyere.

El que les dio gran auge a los rurales, fue don Porfirio, tenía su pequeño ejército bajo su mando. Este grupo se transformó en cuerpo de elite represivo de movimientos sociales, el mátelos en caliente es una prueba de la efectividad de estos rurales, la ley fuga. Casi siempre eran comandados por un general de carrera, sin embargo, los métodos eran en ocasiones salvajes. Como los practicados hoy en día a  pesar de la existencia de los derechos humanos por el general  Carlos Bibiano Villa Castillo director de la policía de Torreón: "Para rescatar Torreón hay que meterle huevos. El personal militar está adiestrado para el combate. No se raja. Hemos tenido civiles que a la hora de los chingadazos se les frunce. Antes aquí correteaban a los policías, ahora ni madres, los correteamos a ellos y donde los alcanzamos los matamos. Aquí hay que romperle la madre al cabrón que ande mal…” (La Jornada/13 de marzo de 2011).

Los famosos rurales, además de exterminar maleantes, brindaban protección a millonarios e inversionistas mexicanos y extranjeros. A trenes y diligencias, a casas de citas y de funcionarios. Reprimían cualquier levantamiento de orden social. Fueron temidos y odiados. Los rurales fueron  testigos y actores de reparto del proceso civilizatorio fundado en la barbarie, la represión y la muerte.

Curiosamente, el asesinato de Madero y Pino Suárez, planeado por un cónsul norteamericano, fue ejecutado por un cuerpo de rurales al mando del jefe rural de nombre Francisco Cárdenas.
Disuelto este cuerpo en 1914, en algunas ciudades del país siguieron existiendo y se auto llamaron “Cuerpos de Defensa Civil” y estuvieron bajo el mando de los gobiernos de los estados hasta 1947. En Morelos Mario Olea fue el terror de los campesinos.
Los rurales siguieron existiendo al garete y bajo el mecenazgo de hacendados y ricos de las regiones, durante las guerras subsiguientes como la cristera y las matanzas internas de los caudillos de la revolución. Y al convertirse en grupos que se hacían justicia por propia mano, por indicaciones o por así convenir a sus intereses de pillaje y protección a determinadas personas acaudaladas, el gobierno de la republica logró incorporarlos y ponerlos bajo la égida del ejército mexicano bajo el manto de la Ley Orgánica de 1926, que se amplía posteriormente a las reformas de 1947 y 1955.
“La Ley Orgánica del Ejército y la Fuerza Aérea Mexicanos, en su capítulo III marca la existencia de los Cuerpos de Defensa Rurales, que también está dotado de un Reglamento de Organización y Funcionamiento de las Fuerzas Rurales…” Es hasta el 21 de marzo de 1964, que se expide el instructivo para la Organización, Funcionamiento y Empleo de los Cuerpos de Auto defensa de la SEDENA. Lo interesante es que desde siempre y posteriormente a su oficialización, estos cuerpos deben  ser formados por campesinos de los núcleos agrarios de su región o demarcación. Y están amparados por las leyes y bajo el mando de un militar. En la actualidad la mayoría son voluntarios. En1970 existían 120,000 y al llegar a 1996, sólo 14,000.

En Guerrero, tras el surgimiento de policías comunitarias y sistemas de auto defensa, el gobierno federal hace hincapié en que la violencia es sistemática en la entidad y que podría haber fuerzas oscuras que las mueven y también un hambre de justicia. Valdría la pena revisar el decreto de 2011 donde se crea la ley 701, de Reconocimiento, Derechos y Cultura de los Pueblos y Comunidades Indígenas del estado de Guerrero, y hacer un ejercicio sobre la importancia de la creación de una policía “rural profesional” bajo los lineamientos que existen para su creación, cuidando el reclamo y temor de las poblaciones rurales de Guerrero al ejército, al que ven no como a un aliado, sino como a un represor, ya que esos cuerpos, dependerán del gobierno federal, el estado, presidencias municipales de acuerdo a lo establecido por la sedena para el funcionamiento de esta policía rural. Su jurisdicción y área de influencia, portación de armas, entrenamiento y reglamento interno y su dependencia de la región militar donde se hallen. En suma, la policía rural es un instrumento que el gobierno federal pone en comunidades de difícil acceso para la prevención del delito y no para hacerse justicia, se supone que los tiempos de los temidos y famosos rurales de crónicas, libros y corridos, ya pasaron. En otros estados se creó la policía rural como Tamaulipas y Morelos, actualmente desaparecida.

Lo que llama la atención es la iniciativa enviada por el gobernador Ángel Aguirre Rivero al congreso para crear la policía rural, que no dependerá de la SEDENA sino del “Sistema Estatal de Seguridad Pública, tendrá carácter operativo y permanente en materia de seguridad pública estatal, en aquellos municipios o localidades en los que, por consenso social, hayan creado sus propios cuerpos de policía. Sus integrantes deberán ser elegidos en asambleas con, al menos, el 75 por ciento de la votación favorable a los ciudadanos de la comunidad, quienes en primera instancia deberán evaluarse para su ingreso, y aprobar los exámenes de confianza, en los términos de la legislación federal y estatal aplicable, y de acuerdo con los lineamientos del Sistema Nacional de Seguridad Pública, y una vez que hayan cubierto esa etapa, deberán someterse a un periodo de capacitación en diferentes materias…” (Comunicado de prensa del gobierno de Guerrero).

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