Ciudadanos que gobernaban
en Atoyac de Álvarez, como el maestro José Luis Ríos Barrientos junto a su
esposa María de Jesús Valenzuela, el Dr. Apolinar “Pule” Castro Zamudio y su
esposa, el doctor Silvestre “Chico” Hernández Fierro y mi tía Edelmira Segura
de Hernández.
Eran liderazgos fortalecidos
en la legitimidad de la sociedad atoyaquense. No le hacían daño a nadie. Siempre
cumplieron con su palabra, con hechos. Y al finalizar su periodo gubernamental,
se “rompía el pagaré saldado” con los agradecimientos del pueblo entero. Se retiraban
a la placidez de su hogar, a la tranquilidad de su hamaca y a seguir recibiendo
visitas con el respeto y cariño de sus conciudadanos. Siempre con las puertas
abiertas de sus casas sin temor a que la gente les fuera a solicitar una
gestión -no a pedir- (como dice y bien dicho Rosa Inés de la O).
Después ¿Qué pasó en
Atoyac? No he visto gobernante alguno en sus tres niveles que se vayan limpios
y con el respeto del pueblo.
Y si hablamos del plano de
otra regiones, a nivel Costa Grande como diputados locales y federales, creo el
ultimo, si mal no recuerdo, con verdadero carisma y para todos los
simpatizantes de algún partido o gente sin partido lo fue el medico Jaime
Torreblanca García, que arrasó votación con más de 11 mil votos; y fue Atoyac,
si mal no recuerdo quien le dio la votación más alta en el año 2005 y que nadie
de los demás aspirantes, ha roto record de emisiones en las urnas.
El
sistema de partidos
En México no está mal.
Creo que la “guerra de la polaca” seguirá entre el voto duro de todos los
partidos políticos, porque hay gente con valores que aun respeta su ideología.
Porque la cuestión demográfica
favoreció a la descomposición social y a que ciudadanos sin partido cumplan sus
intereses en contubernio con servidores públicos "ocasionales" que se
van de su tierra y regresan para aprovechar el erario público con fines de
supervivencia y conservación del poder, que se llevan los aplausos y dineros
pero de los ciudadanos corruptos que no son otra cosa más que ciudadanos en
desgracia y con ambición de poder. Porque el sistema lo ha hecho y permitido
así, gente que con sus actos permiten la injusticia en la vida de otro, eso es
lo que provoca la gran brecha y desigualdad social.
Por esos que andan de
partido en partido político favoreciendo que más gente cambie su ideología
mediante la intriga y confabulación; por eso después que los utilizan de manera
perversa andan llorando su desgracia.
! Vaya que no! Tal como el
Judío Errante, como periodista de oficio desde hace más de 28 años he visto,
como los ciudadanos han cambiado como camaleones su color sin importar sus ideologías,
sus valores, su propio respeto y dignidad.
Quiero hablar de una época
que marca la historia política y social de Guerrero, con José Francisco Ruíz
Massieu como gobernador, que ponderó el ejercicio de la mujer en la vida pública
y ayudó a fortalecer sus liderazgos.
Después de él, en las
regiones de Costa Chica y Costa Grande y todo el Estado se fomentó el cacicazgo
con hombres al servicio de la política sucia que usaban mujeres con mentes
atípica para limitar, bloquear y entorpecer y faltar el respeto. No tan solo a
ellas mismas, sino a otras del mismo
género.
Si me tocó también
sentirlo en carne propia. La masculinización de la política. Y sigue vigente en
sus efectos.
Sí, me tocó vivir y ver
esa época. Donde a la mujer se le hizo enemiga de otra para que el cacicazgo
perviviera. Se reprodujo como el búlgaro. Y aprovecharon a gente "rastrera"
para acabar con la poca fe y esperanza que la gente tenía en sus gobernantes.
Sí, me tocó ver la época
de reclutamiento de todos los partidos políticos, allá por 1990... La mayoría
eligió varones que hoy los veo en su desempeño como políticos y funcionarios públicos.
Pero que ya aprendieron a que si no dan su silla, al menos no se la quitan a la
mujer. Vamos aprendiendo a caminar en igualdad.
Hoy veo hombres y mujeres
funcionarias que proceden de la masculinización de la política, la cual fue
encubada entonces por los caciques en todas las regiones del Estado de Guerrero
y no tienen culpa, solo son el efecto y producto en la vida de un sistema que
muere poco a poco.
El asunto es que
muchas y muchos se resisten a cambiar esos patrones con los
cuales fueron criados. Siguen con sus viejas prácticas autoritarias, de grupos,
que limitan y bloquean gente que no les ha hecho nada pero con el interés de
conservar el poder terminan siendo efecto. Es decir el ciudadano participa a
fuerza o se queda sin comer. El ciudadano termina siendo coaccionado por gente
sin valía, que ni como ser humano es eficiente, menos como sus gobernantes líderes.
Mujeres que envían a
feministas de avanzada sin dejar de hacer la misma política masculinizada de
sus ancestros. Y con eso contraponen su mismo resultado.
Este caso, es solo ejemplo
en Atoyac. Y no tomo en cuenta al periodo actual. Quiero referirme a los
antecedentes de lo que vivimos y hacia dónde vamos.
Se requiere un cambio de
actitud de las elites políticas.
Se requiere que el voto
duro de todos los partidos políticos despierte y que guarden su enojo, rencor y
falta de compromiso ciudadano que favorece a los gobiernos no legitimados, los
con poca votación.
Se requiere que por un
momento olvidemos las injusticias que se siguen cometiendo por nuestra propia apatía
y por lo cual seguimos siendo efecto.
El voto duro de la gente
con compromiso social es la que puede decidir que nos vaya mejor, no sólo en
Atoyac, sino en todo el país.
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