domingo, 12 de junio de 2016

EPÍSTOLAS SURIANAS (Carta a Don Héctor) De Julio Ayala Carlos


LAMENTABLE, PERO TAMBIEN CONDENABLE el vandalismo y la destrucción, incluidos los incendios, que provocan quienes se dicen maestros aglutinados en la Coordinadora estatal de trabajadores de la educación en el estado (Ceteg), quienes en su provocación hacia las autoridades para que actúen en su contra se muestran tal cual son: irracionales, perversos, e irresponsables, pero también con un alto nivel delincuencial.

Nadie puede ni podría estar en contra de los maestros. Tienen la misión de formar y capacitar, a través de la educación, al futuro del país. En México y en todo el mundo, no solo deben ser objeto de respeto y consideración, sino de mejores salarios y prestaciones, pero…
                                      

Pero cuando dejan de cumplir con su papel, como ocurre con los maestros aglutinados en la Ceteg, que se niegan a capacitarse y actualizarse, y se oponen a que otros lo hagan, destrozando e incendiando oficinas públicas, además de tomar edificios, bloquear calles y carreteras, en agravio del derecho de terceros, uno no puede más que repudiar y condenar su actitud, aunque después digan que no fueron ellos los que han vandalizado y atentado contra la paz pública.

Sí. Nadie puede estar en contra de un  maestro que, pese a las carencias de su escuela, hace hasta lo imposible por cumplir con su responsabilidad y misión, obteniendo como logro, a través de sus alumnos, promedios de aprovechamiento excelente. Este tipo de maestro, hay que decirlo, debe ganar un mejor salario, pues su rendimiento lo justifica, toda vez que la marginación y pobreza no es ningún impedimento para salir adelante.

Sin embargo, no puede decirse lo mismo de quienes, por un lado, no tienen la vocación de ser maestros, a pesar de que hayan cursado la carrera, más porque en su momento egresaban con una plaza que les daba para vivir, que por tener ese compromiso con la educación. Y son, hay que decirlo, este tipo de maestros los que están aglutinados en la Ceteg, que ven la educación como una forma de vivir en vez de un apostolado a favor de la niñez.

Por eso es que se oponen a la evaluación, por eso es que les revienta en el hígado y lo consideran un atentado a sus derechos laborales la obligación de capacitarse para servir mejor a le educación. Por eso es que se han agrupado en la Ceteg y en la Cente, para luchar no a favor de una mejor educación, sino de sus propios intereses personales y de grupo que, hoy por hoy, ya tienen tintes electorales, políticos y partidistas.

Hay que decirlo. Nadie puede estar a favor de quienes poniendo por delante la bandera de la educación, abandonan a los alumnos, las aulas y las escuelas para conseguir intereses personales y de grupo. Nadie puede estar a favor de un maestro que se niega a capacitarse y a evaluarse para ser mejor en su misión de educar. Nadie puede estar a favor de quienes saquean, destruyen e incendian edificios públicos, toman edificios o bloquean calles y carreteras, afectando y violando el derecho de terceros solo por conseguir sus intereses de personales o de grupo.

Así es. Nadie puede estar a favor de un maestro vividor, irresponsable, flojo, carente de compromiso con la educación, y sí en cambio, vándalo, y delincuente. Nadie puede estar a favor de ellos, y sí, en cambio, muchos están en contra.

EN OTRO ASUNTO, AUNQUE TAMBIEN tiene que ver con la violencia, la Comisión de los Derechos Humanos del estado hizo un atento llamado a las autoridades de los tres niveles de gobierno para que conjuntamente se dé un seguimiento oportuno al conflicto que sostienen dos grupos de la policía comunitaria de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC-PC) en el municipio de Chilapa de Alvarez.

Y es  que este sábado un grupo, de los tantos que tiene la CRAC, irrumpió en la comunidad de San Jerónimo Palantla, municipio de Chilapa, con la finalidad de detener a 14 personas pertenecientes a otra rama de la misma organización comunitaria, acción que derivó en la muerte de un hombre durante un forcejeo, según reportó el Vocero del Grupo de Coordinación Guerrero, Roberto Alvarez Heredia, por lo que las cosas se pusieron al rojo vivo.

Al respecto, el presidente de la Comisión de Derechos Humanos, Ramón Navarrete Magdaleno, llamó a las autoridades correspondientes a intervenir de manera oportuna, para evitar que el conflicto entre los dos grupos de la CRAC escale y traiga consigo consecuencias aún más trágicas.

“Hay que pacificar la zona. Sentarse con las partes y establecer acuerdos que favorezcan a los pueblos para lograr la paz en estas comunidades que históricamente han tenido desencuentros”, solicitó el ombudsman, quien ofreció la intervención de la Comisión de los Derechos Humanos que preside, la cual participó conjuntamente con las instituciones del estado en el conflicto registrado en enero del año pasado en esa misma localidad de San Jerónimo Palantla.

Navarrete Magdaleno recordó que “en esa ocasión también hubo muertos, heridos y detenidos. La Comisión se sentó a hablar con las partes, en coordinación con las instituciones del estado y e logró un acuerdo de pacificación en la zona para que los grupos se respetaran. En ese entonces quedaron en buenos términos, hasta ahora que nuevamente se suscitan estos hechos”.

Neta. Ojalá y alguien le haga caso, pero también, algunos funcionarios de gobierno hagan su chamba, precisamente porque no la están haciendo. Ojalá y se apliquen. Digo, si no quieren que ocurra otra matanza, aunque pareciera que eso es lo que están esperando. Jijos de la tiznada!!!


Comentarios: julio651220@hotmail.com

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