Enrique Peña Nieto ganó la elección presidencial de 2012 con 19 millones
226 mil 784 votos (38.21%) frente a los 15 millones 896 mil 999 votos (31.59%)
que obtuvo el candidato de los partidos de izquierda, Andrés Manuel López Obrador.
El mexiquense logró que el PRI regresara a Los Pinos luego de 12 años de gobiernos panistas. Y todo se debió
al desgaste del gobierno de Felipe
Calderón Hinojosa, así como el buen manejo de marketing que le manejaron
para su campaña.
Los priistas festejaron su triunfo. ¡Y cómo
no! Doce años en la banca, no lo aguanta cualquiera.
El veracruzano César Garizurieta, mejor conocido “El Tlacuache”, acuñó
en los años 50s un proverbio célebre que hasta la fecha exclaman miembros de la
clase política mexicana: “Es un error
vivir fuera del presupuesto”.
El PRI regresó al poder con una estrategia muy clara: realizar una serie
de reformas a la Constitución. Peña
Nieto logró convencer a las dirigencias del PAN y el PRD para firmar un gran
pacto denominado “Por México”.
El Sol Azteca lo firmó sin ningún problema, a pesar de la oposición de
López Obrador, quien más tarde decidió fundar su propio partido político:
Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
En 2013 el Congreso de la Unión aprobó las reformas energética,
política, hacendaria, educativa, financiera y telecomunicaciones. Las que más
oposición han tenido por parte de la ciudadanía son la educativa y la energética.
Durante todo el 2013 se llevaron a cabo fuertes protestas en todo el
país. La imagen de Peña Nieto empezó a
deteriorarse, pero eso no le importó. Su objetivo se había consumado.
Mientras el presidente se distraía festejando sus reformas, la
inseguridad se disparaba a lo largo y ancho del país. Y el 26 de septiembre de
2014 ocurrió la tragedia más grave en su administración: 43 estudiantes de la
Normal de Ayotzinapa fueron atacados a balazos y desaparecidos en la ciudad de
Iguala, Guerrero.
Esa noche sicarios del grupo delictivo “Guerreros Unidos” con apoyo de
policías municipales de Iguala y Cocula abrieron fuego contra los normalistas
que habían sustraído autobuses en la central camionera para utilizarlos el 2 de
octubre en la Ciudad de México.
Versiones extraoficiales indican que
efectivos del Ejército también participaron en la desaparición de los
normalistas.
La indignación no se hizo esperar. En varios países del mundo se
realizaron protestas para exigir a los que se los llevaron a presentarlos con vida.
Hasta la Organización de la Naciones Unidas (ONU) y la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos (CIDH) tuvieron que entrarle al tema.
Es la hora en que los normalistas no aparecen
y el gobierno de Peña Nieto sigue esclarecer el caso.
En el terreno económico al país le está yendo
de la patada. La reforma
energética trajo consigo el incremento a las gasolinas, motivo por el cual
millones de mexicanos han manifestado su inconformidad de diferentes formas.
El también llamado gasolinazo ha sido motivo para que los opositores del PRI se unan
con fines claramente electoreros. Y en las encuestas el partido de Peña Nieto
sigue desplomándose.
Se avizora que la competencia en 2018 será entre López Obrador (el
eterno candidato) y el candidato que postule el PAN. El PRI no tiene gallo fuerte y tiene mucho que perder.
Si al PAN le costaron 12 años para
desgastarse en el ejercicio del poder, el PRI y Peña Nieto lo hicieron en 3
años. Lo peor de todo es
que los priistas siguen ensoberbecidos y creen que los mexicanos les darán otra
oportunidad en 2018, lo cual se ve muy, pero muy complicado.
El escenario político-social no es el mismo
de 2006. Hoy no gobierna el PAN.
Y no sólo es el gasolinazo lo
que los ciudadanos le reprochan a Peña Nieto. Ahí está la casa blanca de “La
Gaviota” (Angélica Rivera de Peña), el caso de corrupción más fuerte de su
gobierno; así como el caso de los ex gobernadores priistas que saquearon las
entidades que gobernaron (ejemplos: Javier Duarte de Ochoa, César Duarte
Jáquez, Roberto Borge Angulo, Tomás Yarrington Ruvalcaba y Egidio Torre Cantú).
Luego entonces, que el PRI no esté esperanzado en que los mexicanos le
vuelvan a dar la confianza para repetir en Los
Pinos. La indignación es más que palpable. Los errores se pagan caro… y en política se pagan en las urnas.
Es correcto cuando el PRI dice que Peña Nieto
está moviendo a México. Y vaya que lo está moviendo, pero en su contra. ¡Zas!
Comentarios:
E-mail:
efrain_flores_iglesias@hotmail.com;
Facebook: Efraín Flores Iglesias;
Twitter:
@efiglesias
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.