jueves, 28 de julio de 2016

MÉDULA El tango del perro Por Jesús Lépez Ochoa

Mi vecino tenía un perrito. Lo cuidaba y alimentaba. Siempre andaba con él, y hasta limpiaba sus gracias. Pero un día… ¡lo mordió!

El perro. Ese animalito fiel que nos acompaña, se vuelve loco cuando llegamos a casa y mueve la cola para expresar su alegría, también pela los dientes, gruñe y hasta muerde cuando se siente amenazado o incluso puede hacerlo por simple excitación.

No es de extrañarse que tenga una polivalencia simbólica. Ha representado la fidelidad desde los tiempos remotos en culturas como la Celta, la tradición mitológica china y japonesa. En México puede ejemplificar bravura, traición, gula, oportunismo y necedad.

 ¿Ejemplos? “Defenderé el peso como un perro”, dijo el presidente José López Portillo en 1981. “Ese perro mordió la mano que le dio de comer”, un dicho popular. “Perro que come huevo, aunque le quemen el hocico”, otro adagio. “Perro, qué poca madre, perro cabrón”, dice el famoso tango que Víctor Alberti compuso a finales de los setenta.

Por cierto que esa parodia musical ilustra además la curiosidad y la astucia del perro. Narra las peripecias que sufre un enamorado al llevar serenata, por un perro que primero le huele el pantalón, luego se lo muerde, y termina por orinarle esa prenda.

A un político se le llama perro cuando roba o traiciona. También cuando anda de dama de compañía de alguien, sobre todo si es de un partido ajeno al suyo, “es un perrito faldero”.

La perra en brama

Cuando la hembra está en sus días reproductivos, su aroma provoca peleas de aquellos que ven la oportunidad de saciar su instinto animal. La fortuna, parafraseando a Maquiavelo, puede ser adversa o amiga. La desgracia de los derrotados, será el disfrute de los ganadores.

El asesinato del alcalde de Pungarabato, Ambrosio Soto Duarte, desató una auténtica pelea de perros en Guerrero. Su desgracia es la fortuna para quienes en su partido perciben notas a 2018 en el aroma de su muerte, y buscan capitalizar el lamentable suceso a su favor. No es que la perra esté en brama, pero ellos andan ganosos.

Las RIG

Las relaciones intergubernamentales o RIG, son los vínculos de coordinación mediante los cuales las instancias de los diferentes niveles de gobierno, federación, estado y municipio, se apoyan mutuamente, ya que se entiende que constitucionalmente cada uno tiene sus competencias para actuar en su jurisdicción o territorio, donde los demás no pueden intervenir.

La seguridad es una responsabilidad compartida, de tal suerte que en Acapulco, municipio considerado la ciudad más violenta de México, ese rubro ha estado prácticamente a cargo de las fuerzas federales y estatales.

La policía municipal, pregúntele a cualquier ciudadano, se dedica al arresto de personas que beben alcohol o se orinan en las calles, pero el alcalde Evodio Velázquez, el mismo al que en una ocasión el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong le obligó a despedir a un secretario de Seguridad no certificado y con título apócrifo, corrió en busca de los reflectores nacionales para decir que la coordinación, gracias a la cual le han hecho la chamba, es “de chismito”.

Él ya traía una ruta de confrontación. Días antes del homicidio trajo al gobernador de Morelos, Graco Ramírez Abreu a pretender dar cátedras de gobierno al estado de Héctor Astudillo, y luego del asesinato de su homólogo de Pungarabato lo sigue paseando por Acapulco con el mismo fin.

El secretario de gobierno Florencio Salazar le ha respondido con algo que es evidente: Evodio no ha hecho nada ni por la seguridad, ni por la promoción turística. El gobernador Héctor Astudillo, de manera indirecta, le ha dicho que se ponga a trabajar, deje de grillar y ponga los pies en la tierra.

Por cierto que este hecho rompió la relación cercanísima que habían mostrado Astudillo y Evodio, al que el mandatario guerrerense parecía haber adoptado y traía siempre a su lado  dejándolo colgarse de las acciones estatales. Incluso lo apoyó cuando no sabía qué hacer para cumplir con el pago de aguinaldos a los trabajadores del Ayuntamiento.

Por cierto ¿qué pensará Silvano Aureoles Conejo de la creciente cercanía del acapulqueño con Ramírez? Ambos gobernadores, el de Michoacán y el de Morelos, tienen la mira puesta en la candidatura presidencial ¿habrán llegado a un acuerdo? ¿Habrá sido traicionado? ¿También le mordieron la mano?

En política se puede andar en la manada, pero cuando empiezan los calores no hay lealtad que valga.

La astucia de los perros fue tan venerada en la antigüedad, que muchas culturas se los comían con la creencia de que así la obtendrían. Y actualmente (mucho ojo y no lo dude), hay quienes se los comen. ¡Amarre a sus cachorros!

jalepezochoa@gmail.com

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