miércoles, 1 de febrero de 2017

MIRADA INTERIOR Gandhi: el resucitado La basura jefa…


Quizá las generaciones venideras duden alguna vez de que un hombre
semejante fuese una realidad de carne y hueso en este mundo.
Albert Einstein 

El 30 de enero de 1948, Mahatma Gandhi líder de la India y padre del movimiento de la no violencia fue asesinado mientras se dirigía a una oración comunitaria.

Mohandas Karamchand Gandhi nació el 2 de octubre de 1869 en Porbandar, en la región de Gujarat al noroeste de la India.
Hijo del comerciante Karamchand Gandhi, primer ministro de Porbandar de la casta de los banias, e hijo de Putlibai, de la secta de los pranamis.
Fue un niño, tranquilo y su padre decidió enviarlo a estudiar a Londres abogacía.

Haber crecido en una demarcación integrada por pequeños principados, cuyos gobernantes tenían un poder absoluto sobre sus vasallos, lo dotó de su pasión: el servicio al prójimo.

La vida en Inglaterra lo marcaría para siempre. El futuro insurgente de la independencia India, fue recibido en Bombay por miles de gentes, vivió etapas formativas y la opresión del imperio inglés, política, económica y cultural.

Hay que destacar como Gandhi dirige a una nación pluriétnica y plurireligiosa contra Inglaterra bajo el principio de la no violencia, filosofía social de lucha permanente y articulada por el pueblo contra el invasor.

Recordar la gesta del libertador de la India y la filosofía de Gandhi podría impulsar un movimiento en México basado en las técnicas de la no violencia gandhiana. Los movimientos del ya estoy Hasta la madre, de los 43 normalistas, contra reformas estructurales, no han cuajado articuladamente.

Hoy que todo el mundo está bajo amenaza de Trump, con decretos absurdos, alejados de cualquier respeto al otro, ha escogido a nuestro país como pera de boxeo para ensayar sus políticas contra soberanía nacional, migrantes, económicas, contra la libertad y derechos humanos elementales.

Si Gandhi se enfrentó con éxito al imperio inglés con las armas de la razón y del nacionalismo en una India atiborrada de cultos religiosos. Los mexicanos podemos hacerlo contra EEUU.

No colocando banderitas en cuentas de tuiter y face. Si el gobierno pretende dar una vuelta de tuerca a la grave situación de México, y lo que se viene con Trump, está a tiempo de dar un giro de ciento ochenta grados, convocar a los mexicanos a la refundación de la republica bajo principios nacionalistas en el marco de una democracia moderna en un mundo globalizado.

Respetando fuentes estratégicas como el petróleo, electricidad, gasolinas, medios masivos de comunicación, bancos, y reactivar el agro en primerísimo lugar, así como la industria manufacturera, alimentaria, entre otras.

Y como Gandhi lo hizo contra Inglaterra, saber escuchar a su pueblo y encabezar la lucha por la soberanía de México preservando dignidad, historia y recursos de todo tipo.

A 69 años del asesinato de Gandhi, los mexicanos podemos encontrar en sus enseñanzas, un instrumento de lucha y un reencuentro con nuestra propia historia.

De no ser así, el país se acerca del abismo de la violencia, a otro abismo.

LA BASURA JEFA

Chilpancingo, capital del estado de Guerrero, que ocupa ínfimos lugares en calidad de vida y estándares en servicios y equipamiento urbano, ha padecido desde siempre el problema de cómo vivir sin basura. Actualmente la población ronda en los 300 mil habitantes. Se generan aproximadamente 200 toneladas de basura diaria.

En su mayoría es tirada en calles, bardas, camionetas estacionadas, barrancas y vía pública. Basta que caiga un aguacero mediano y el encauzamiento del ex río Huacapa, calles y plazas se inunden de basura.

Durante algunos años, la responsabilidad del ayuntamiento se la ha cedido a dueños y trabajadores, léase, “pepenadores” de quienes controlan el servicio alternativo que bajo el pregón de “la basura Jefa”, recorren las colonias de Chilpancingo.

Es un trabajo y “empresa privada” demostrativa de que el ayuntamiento ha transferido su responsabilidad a una entidad ajena a la comuna.
En muchas capitales, la privatización de la recolección de basura ha dejado mal parados a los gobernantes por la corrupción imperante en su operatividad.
Y como la moda es ceder la responsabilidad del estado a entidades privadas, la basura no ha sido la excepción.

Los ayuntamientos no han promovido el reciclaje, entendiéndose como
“todo proceso donde los residuos o materiales de desperdicio son recolectados y transformados en nuevos materiales que pueden ser utilizados o vendidos como nuevos productos o materias primas.", y a esta falta de visión, no se experimenta como en otros países en crear paraestatales para que el estado y los ayuntamientos le saquen jugo a la “gallina de los huevos de oro”.  

El Zar de la basura, Rafael Gutiérrez Morenoconstructor de uno de los imperios más impresionantes y crueles de los que se tenga memoria en la Ciudad de México”, fue asesinado el 19 de marzo de 1987 en su recamara. Este poderoso hombre que le otorgó a José López Portillo 2 mil hombres y mujeres para que lo acompañaran en su gira con gastos pagados, aparte de ser “pepenador” multimillonario, se ganó una curul.

Si en vez de dejar suelto el negocio de la basura, se articula y construye una empresa paraestatal, la basura dejará de ser un lastre y se convertirá en un gran negocio que permitirá separarla, reciclarla y evitar contamine mantos freáticos, aire y cause enfermedades a los seres vivos, se convertirá en una lucrativa empresa.

Y en serio, no es nada complicado montarla, “la problema” es la falta de visión.
Hay que apostarle a la solución de un problema de salud pública de grandes proporciones en un futuro próximo y el deterioro de la ecología.

La creación de una planta recicladora municipal, generaría fuentes de empleos bien remunerados con los mismos trabajadores, el tratamiento de los desperdicios, y una entrada de dinero a la comuna. Innovaría una cambio en la movilidad urbana, y la creación de una cultura ciudadana mediante festivales y talleres comunitarios de cómo vivir en paz con la basura en la capital del estado.
Ya se lo merece, ¿que no?

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