miércoles, 22 de febrero de 2017

MIRADA INTERIOR Neus Espresate Xirau (1934-2017) POR: Isaias Alanís

Para Isabel, con un abrazo intenso como la palabra girasol

Toda ella era un mapa de letras, silabas y al sonreír un abecedario de signos brotaba de sus labios. Si esta mujer no fue una palabra, estaba hecha de palabras, de cuerpos, letras y tormentas de signos y un remanso donde los verbos cobran forma y sonidos.

La conocí hace muchos años en su casa de la CdMex. Su hija, Isabel Fernández Espresate, gran amiga de mi mujer, nos invitó a desayunar, el objetivo, establecer puentes con las editoriales mexicanas para crear en Guerrero un proyecto editorial de gran calado, y coediciones con editoriales como ERA. Y como siempre sucede en Guerrero, no cuajó, se le dieron preeminencia a ediciones mal hechas, de alto costo y publicaciones de facsimilares de libros viejos o reediciones inacabadas sin ninguna justificación que dijera el origen y el por qué se reeditaba un libro de tal o cual tema; histórico, literario o de simple cachondeo rural. O en su defecto, ediciones faraónicas de altísimo costo y que terminaron en un fracaso de circulación y movilidad.

El proyecto consistía en la creación de una Editorial y la Dirección General de Publicaciones del Estado de Guerrero. Bajo una línea editorial integral, involucrar a artistas plásticos, para que sus trabajos aparecieron en colecciones populares, bien cuidadas y de bajo costo. En paralelo, darle circulación a los libros a través de ferias, talleres y  lecturas con los propios autores, y preservar en libros la memoria histórica de Guerrero.

Esa mañana antes del desayuno le platicamos nuestra intención de crear un editorial desde el estado y a Neus le encanto el proyecto, una vez que acordamos hacer las gestiones correspondientes vino el desayuno.

Al colocar en la mesa un platón con chilaquiles rojos, de sus manos de mujer no solo brotaba el manjar para la degustación. Entre tenedores y zumos diversos metían su cuchara las palabras, vi pergaminos, libros en capilla y a un costado de la cafetera rebosante de olor la prueba de imprenta de un libro de José Emilio Pacheco todavía olorosa a tinta fresca.

Neus Espresate Xirau, nació en Canfrac, región de Huesca, España en 1934. Su familia abandonó la península ibérica por la guerra civil y su padre, Tomás Espresate, editor y liberal consumado una vez estacionados en México como inmigrantes que huían del horror o de la picota del tirano, funda uno de los símbolos más importantes de la industria editorial mexicana, la Imprenta Madero.
Esta mujer que llega a México a los 12 años, gran lectora para su edad y liberal por convicción espiritual, con Vicente Rojo, autor de casi todas las portadas de los libros de ERA y José Azorín fundan la editorial ERA cuyo acrónimo nace de la primera sílaba de los apellidos de los tres iniciadores de este gran proyecto editorial mexicano por ensanchar las fronteras y promover la literatura latinoamericana.

Editorial ERA entra al mundo de los libros con el título; La batalla de Cuba de Fernando Benítez, al que le siguió; Palabras cruzadas, de Elena Poniatowska.

Después y con el tiempo, este proyecto impulsado por jóvenes talentosos se convierte en la editorial que publica a los grandes poetas, narradores, expertos en ciencias sociales, cine, analistas y hombres y mujeres hechos de palabras como los ojos de Neus que le darían una ruta crítica no solo desde el ámbito de las letras a la búsqueda intensa de la libertad.

La UAM le otorga el doctorado honoris causa en 2011. En su discurso, Neus con su voz hecha de palabras fervientes y libertarias convirtió a la distinción en un alegato desde las inteligencia y los libros, un camino para ejercer críticamente la libertad: “Ediciones Era buscó poner al alcance de México y el mundo hispano las principales obras y experiencias de la izquierda, aquellas que resultaban imprescindibles para la reflexión, la crítica y la acción”.

En esa línea de apertura editorial, en el catálogo de editorial independiente Era, comienzan a aparecer las plumas de: Carlos Monsivais, Roger Bartra, Antonio Gramsci, Carlos Fuentes, Octavio Paz, y el portento de creatividad y compromiso con la palabra que hoy es a sus miles de años, Elenita Poniatowska, entre una decena de grandes autores.
Libros bellísimos y baratos cuyas tapas fueron diseñadas en su totalidad o casi, por Vicente Rojo.

El talento de Rojo y los ojos de Neus hechos los del primero de colores, y los de ella de palabras circulan en el ámbito de la literatura, cine, libros infantiles, en fin un catálogo inmenso de obra publicada por ERA.

Hoy que las inteligencia y la lectura ha abandonado al país y que las instancias de cultura hacen poca cosa por impulsar proyectos editoriales que a futuro serán el radar, la memoria donde las futuras generaciones podrán abrevar y dar fe de aciertos y errores de una civilización ilustrada o condenada al silencio.

Proyectos como el iniciado por tres jóvenes debería ser emulado en México y América Latina, hoy que la bota del bárbaro del norte amenaza con pisarnos con su sombra de ignorancia intervencionista, y de paso expulsar a todos los migrantes mexicanos ante el silencio condescendiente o estratégico del gobierno mexicano.

Neus, mujer hecha de libertad, de ojos para leer y corazón para amar, de visionaria para celebrar en la gran fiesta de la inteligencia que los libros, liberan, que sus páginas son la memoria de civilizaciones y del genio creativo de mujeres y hombres que escogieron el camino de la libertad bajo el fuego solitario de la palabra, ha muerto, nos deja cientos de libros en donde las generaciones venideras encontraran lo que ella dijo, imaginó y llevo a la práctica por encima de presiones y recortes económicos, una empresa editorial independiente: “el pasado no debe olvidarse y en esa tarea los editores: adquirimos una responsabilidad enorme en la conservación de la memoria”.
¡Adiós Neus, gira rojo corazón en la palabra corazón de sol!

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